El año pasado tuve la oportunidad de realizar un análisis desde la perspectiva feminista al Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS); un índice que mide, evalúa y compara el compromiso de los países con un desarrollo humano sostenible con el objeto de ofrecer una alternativa a la hegemónica y limitada visión de los indicadores que habitualmente se usan para medir el progreso, especialmente el Producto Interior Bruto (PIB). La síntesis del trabajo realizado se recoge en este informe que se acaba de publicar: Aportes feministas para la reflexión y mejora del Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible. El informe responde al acuerdo de colaboración formulada desde la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo a la Cátedra d’Economia Feminista de la Universitat de València.
Los datos no son neutros; cifras, estadísticas y números muestran las grietas de un sistema que no es justo para todo el mundo; especialmente para las mujeres. Llegar a los rincones de esas estadísticas, utilizar los datos adecuados, compararlos y sacar conclusiones requiere un esfuerzo importante. Hacer ese ejercicio es imprescindible si queremos conseguir una fotografía feminista sobre el impacto de las políticas públicas en la vida de las personas.
El informe incluye un resumen del marco conceptual de género y de evaluación y medición a partir de la teoría feminista como perspectiva crítica; también realiza una relectura de la Agenda 2030 y de los principales indicadores que pretenden medir la (des) igualdad de género y, finalmente, propone una seria de propuestas de mejora para el ICPDS, como indicador y alternativa al PIB, contemplando miradas feministas en la observación y medición del mismo.
Para la realización de este análisis ha resultado fundamental la interacción conjunta con M.ª Luisa Gil, como responsable del equipo de elaboración del ICPDS de la Coordinadora de ONGs y Carmen Castro, parte integrante del equipo de la Cátedra d’Economia Feminista y autora del informe.