Aportaciones desde la economía feminista para el cambio de modelo de sociedad

 

El dossier nº 13 de Economistas sin Fronteras lleva por título ‘Otra Economía está en marcha’ y  contiene una selección de las ponencias presentadas en dicho encuentro, con el objetivo de mostrar el debate sobre las alternativas al actual sistema económico dominante. Entre ellas se encuentra esta que presenté en la jornada: ‘Aportaciones desde la economía feminista para el cambio de modelo de sociedad’ 

Este nuevo número de la revista digital de EsF «aporta nuevas formas de entender la economía, pero también la vida» y ha estado coordinado por María Eugenia Callejón (miembra del Consejo Editorial y también de la Junta Directiva y del Patronato de EsF) y cuenta con las siguientes colaboraciones:

  • Gonzalo Fernández (Hegoa): “Parámetros alternativos para una economía emancipadora”.
  • Miren Etxezarreta (Universidad Autónoma de Barcelona y TAIFA): “Reflexionando sobre las alternativas”.
  • Carmen Castro (SinGENEROdeDUDAS): “Aportaciones desde la economía feminista para el cambio de modelo de sociedad”.
  • Christian Felber (Economía del Bien Común): “La Economía del Bien Común: un modelo económico con futuro”.
  • Pedro Páez (Superintendente de Control del Poder de Mercado del Ecuador): “Nueva arquitectura financiera: una herramienta para el desarrollo y la soberanía”.
  • Carlos Sánchez (ATTAC y Plataforma por una banca pública): “Banca pública: una salida social a la crisis”.
  • Juan A. Gimeno (UNED y Economistas sin Fronteras): “Otro presupuesto es posible”.
  • Carlos Cruzado (GESTHA): “Transparencia fiscal”.
  • María Novo (UNED Y Asociación Slow People): “Una nueva cultura del tiempo: el valor del tiempo en nuestras vidas”.


Aportaciones desde la economía feminista para el cambio de modelo de sociedad


LogoPeq_EcoFemDesde la economía feminista se aportan alternativas para regenerar la democracia y propiciar la transformación social reivindicando un proyecto emancipatorio para las mujeres y una propuesta política para la sociedad en su conjunto. La incorporación de la igualdad como principio ético-político y el logro colectivo de una vida plena están en la fundamentación de estas propuestas.

Gran parte de las propuestas para otro modelo de desarrollo coinciden en la base de su planteamiento: la necesidad de recuperar la ética y desde ahí construir alternativas al sistema actual.

Podría parecer que todas las dimensiones de la perspectiva humanista están integradas en la misma base y que la ilusión por el cambio de modelo contempla de manera implícita la equivalencia humana como principio ético; sin embargo, es importante cuestionar explícitamente los mecanismos de exclusión estructural, haciéndolos visibles, para poder desmontarlos; este es uno de los valores añadidos cuando se aplica una perspectiva feminista, el poner en evidencia la persistencia de la dominación patriarcal.

Probablemente seremos muchas personas quienes, al igual que Judith Butler, consideremos necesario conseguir la desidentificación colectiva con el capitalismo para hacer creíble el cambio de modelo; ahora bien, ¿sería esto, en sí mismo, suficiente para garantizar el fin de la opresión de género? Sostengo que no; es más, considero que cualquier proyecto de emancipación política, que pretenda ofrecer alternativas para la democracia económica y social, fuera de la colonización depredadora capitalista, debería plantearse como reto el de despatriarcalizar la sociedad.

La experiencia debería servir como forma de aprendizaje también para la reformulación de modelos económicos. Una de las lecciones aprendidas a nivel internacional es que crecimiento económico no es sinónimo de cohesión social; y que cuando el modelo de desarrollo se centra exclusivamente en el crecimiento económico y el indicador por excelencia es el PIB, se produce una ceguera de género difícilmente sostenible.

Así pues, a la hora de ordenar algunas de las aportaciones más significativas, es importante identificar un primer nivel de cambios necesarios entre los que se encuentra el cometido mismo del modelo de desarrollo. La orientación hacia el crecimiento económico – monetarizado – ‘per se’, debería sustituirse por un objetivo tripe: a) la consideración de los ‘cuidados’ como una necesidad social; b) el establecimiento del equilibrio en las relaciones desde la equivalencia humana; y c) reducción de la huella ecológica. Estos cambios también afectarían a la lógica de producción, que ya no respondería al objetivo de maximizar los beneficios económicos (monetarios) sino más bien al de maximizar la sostenibilidad, la diversidad y la democracia económica en equidad.

No hay cambio real sin despatriarcalizar la sociedad
Si la justicia social es el resultado deseado para una nueva organización socio politica y económica, cabe preguntarse si puede existir justicia social sin justicia de género. La respuesta es evidente, de ahí la necesidad de hacer de la despatriarcalización de la sociedad el eje transformacional.

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