Hace 5 años alertábamos que se estaba reactivando una ofensiva internacional anti-abortista; el pasado viernes 20D se culminó una fase de esta ofensiva misógina: la humillación general de las mujeres ante la aprobación de la cruel Ley Gallardón, que nos convierte a todas en menores de edad, sin capacidad de decidir sobre nuestro propio cuerpo y establece derechos al embrión humano (‘nasciturus’) mientras expolia a las mujeres (personas) de sus derechos sexuales y reproductivos, en un grave inclumplimiento de legislación internacional y de la declaración universal de los Derechos Humanos.
La crueldad de la Ley de Gallardón viene acompañada de la hipocresía y la doble moral de una derecha rancia que se resiste a aceptar las libertades fundamentales de las mujeres. Recupero el artículo ‘El único aborto ético es el mío. Cuando las anti-elección eligen‘ publicado en esta misma web en 2008, en el que se denuncia la manipulación de los grupos anti-elección, traducido por Manuel HajSaleh.
Joyce Arthur recopiló durante la primavera de 2000 una serie de anécdotas contadas directamente por médicos abortistas y otro personal clínico en Norteamérica, Australia y Europa; the only moral abortion is my abortion .Muchas de estas historias reflejan la hipocresía y doble rasero que existe en los movimimientos antiélección cuando la necesidad de abortar les toca directamente; otras representan la reflexión y comprensión del derecho que están negando con sus actuaciones.
El Aborto es una decisión altamente personal de la que muchas mujeres estan seguras que no tendrán jamás que pensar hasta que de repente se enfrentan a un embarazo no deseado. Pero esto puede pasarle a cualquiera, incluyendo a mujeres radicalmente antielección. Entonces ¿qué es lo que hace una mujer antielección cuando experimenta un embarazo no deseado por sí misma? A menudo, hará un mohín y lo soportará, por así decirlo, pero frecuentemente opta por la solución que negaría a otras mujeres el aborto