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Algunas reflexiones feministas sobre la Renta Básica

por | 12 Jul 2015 | Ciudadanía, Corresponsabilidad, Debate, Democracia, Economía Feminista, Estrategias, Igualdad, Otro modelo de sociedad

En la revista Viento Sur nº 140 se incluye un monográfico sobre la Renta Básica, coordinado por Bibiana Medialdea; a esta publicación contribuyo con mi artículo ‘Algunas reflexiones feministas sobre la Renta Básica: ¿una buena idea para la transformación social?

La revista estará en abierto en breve, mientras tanto, se puede leer en papel y acceder en línea a la Presentación de ‘Renta Básica ¿una buena idea?’  que anticipa los enfoques y perspectivas que se abordan en los diferentes artículos (ver sumario)

Aquí va un anticipo de las reflexiones que he incluido en dicho monográfico; la versión íntegra del artículo la publicaré tan pronto VientoSur abra el acceso en línea 😉

 

Algunas reflexiones feministas sobre la Renta Básica: ¿Una buena idea para la transformación social?

A esta altura de la crisis civilizatoria que atravesamos, cada vez somos más personas quienes consideramos que hay que darle un buen revolcón al sistema y cambiar la hoja de ruta hacia otro modelo de sociedad basado en los principios de dignidad, equivalencia humana y el derecho efectivo a transitar vidas vivibles y libres de violencias. Con la perspectiva de este horizonte, sostengo que cualquier propuesta de acción política supuestamente emancipatoria ha de tomar en cuenta su contribución al proceso de despatriarcalizar la sociedad1; aún cuando se trate de una propuesta limitada a una pieza específica de políticas públicas, si su apuesta es por la justicia social, no será creible si no va impregnada de justicia de género. Es por ello que defiendo la necesidad de valorar la potencialidad género-transformativa2 de las acciones y políticas públicas, es decir, aproximar la previsión de impacto que tendrán sobre la transformación de la ‘norma social’ de género construída a través de la división sexual del trabajo.

En un contexto como el actual, de gran vulnerabilidad social, pudiera parecer que hay otras prioridades a las que atender; sin embargo, sería un error considerar que las necesidades básicas de supervivencia, los derechos sociales y la necesidad de avanzar en la transformación social son excluyentes entre sí, todo lo contrario; si no abandonamos ya la pose de ‘falsa neutralidad’, dejando de asumir la aceptación relativa de la desigualdad y la opresión de género como parte de la cotidianidad, estaremos tolerando implícitamente la existencia de un sistema de baja calidad democrática. ¿Cómo van a ser estos buenos mimbres para una transformación social real? ¿Es que la desigualdad de género no es un problema social a resolver?

En toda sociedad y grupo de convivencia humana existen necesidades de cuidados, la forma en que se abordan los mismos sirve de aproximación para identificar en qué medida persiste el modelo tradicional o se está gestando el cambio hacia un modelo no sexista de personas cuidadoras. Cuando lo que funciona es la presunción de que ‘alguien’ -cual ‘mano invisible’- se encargará de dar respuesta a las necesidades humanas, preferentemente en el ámbito familiar, lo que ocurre, en gran medida, es que entra en funcionamiento la inercia de la división sexual del trabajo. La especialización de las mujeres en las responsabilidades y atención familiar ha estado permitiendo, en cierto sentido, ‘liberar’ a los hombres de la prestación de cuidados, construyendo un modelo de ciudadanía de diferentes niveles, en el que se dan pautas de comportamiento supuestamente ‘universales’, como la del homo-economicus, que emerge como ‘brotado de la tierra’ plenamente formado, con sus capacidades y preferencias definidas, absolutamente independiente, sin aparentes responsabilidades hacia nadie más que sí mismo, y plenamente disponible para la inmersión en la vida pública -laboral y política-.

Sin embargo, cuando se asume explícitamente el reto de cómo vamos a organizar socialmente las prestaciones de manera que den respuesta satisfactoria a las dependencias y necesidades humanas, desde el respeto y la integridad, lo que emerge es la consideración de los cuidados como una necesidad social, asumida colectivamente y fuera de la inercia patriarcal.

Partiendo de las anteriores consideraciones, sostengo que es preciso cuestionar abiertamente ¿cómo democratizar la sociedad sin plantearse propuestas de democratización de la familia; es más, cómo avanzar en la universalización de derechos sin desmontar las asimetrías jerárquicas y los mecanismos que sostienen la desigualdad de género implícita en la familia patriarcal? A este respecto, convendría contrastar ¿en qué medida la orientación de las propuestas de acción política considera la implicación de los hombres en el cuidado de la vida y cómo se relaciona su contribución con la dilución o refuerzo de la división sexual del trabajo?

Este artículo se enmarca en el contexto mencionado, como resultado de una mirada crítica sobre la propuesta de la Renta Básica Universal (RBU)3, la cual, en principio, podría mostrarse como parte de un sistema redistributivo con capacidad para resolver necesidades inmediatas de la población y cambiar el orden social imperante en los mercados de trabajos. A través de la RBU se garantizaría a cada persona la obtención de un nivel de ingresos mínimos, pagados por el Estado, por el mero hecho de existir, sin condicionantes ni relación con su situación laboral. Esta característica de la RBU le impregna un supuesto interés argumentativo en relación a dos aspectos claves: su incidencia directa sobre las condiciones de vida de la población empobrecida por el sistema capitalista y la configuración de un sistema de derechos garantistas no asociados al empleo ni a la ‘contributividad’. Cabría preguntarse en qué medida la intención de abrir una brecha en el sistema capitalista resulta coherente con la ‘monetarización’ del derecho de ciudadanía que conlleva la RBU. Más allá de esta primera interpretación, sería conveniente atender a la supuesta ‘falsa neutralidad’ de género que rodea a la RBU y valorar en qué medida afectaría -o no- a la necesidad de transformar la ‘norma social de género’ que todavía persiste. En este sentido, considero que hay tres motivos que contribuyen a explicar la insuficiencia de dicha propuesta en sí misma:

… (continuará) …

—-

Notas:

2Este concepto lo he desarrollado con mayor detalle en mi tesis doctoral ‘Modelos de Bienestar, Igualdad de Género y sistemas de Permisos por Nacimiento en un contexto de crisis del Modelo Social Europeo’.

3Daniel Raventós, Jordi Arcarons y Lluis Torrens han desarrollado pormenorizadamente los diferentes aspectos de la propuesta de RBU, así como un modelo de financiación de la misma. Ver http://www.sinpermiso.info/ y en http://www.redrentabasica.org