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‘Con la A’: economía feminista, del conocimiento y altermundismo

por | 1 Oct 2013 | Activismo, Ciudadanía, Crisis, Economía Feminista, Igualdad, Otro modelo de sociedad

El último número de septiembre de la revista Con la A incluye una selección de artículos y entrevistas a mujeres comprometidas con las políticas que miran a la izquierda y han incluido esta entrevista que me hicieron durante el mes de agosto, sobre economía feminista, del conocimiento y altermundismo en la que hablo de ATTAC, de la economía feminista y de como entiendo yo la economía del conocimiento, la apuesta desde SinGENEROdeDUDAS.

Extraigo algunas partes de la entrevista, y os invito a leerla completa en la fuente original: en la revista Con la A.

 

¿Quiénes forman parte (o pueden formar parte en caso de tener interés) de ATTAC?

Cualquier persona que crea que otro mundo es posible y quiera comprometerse con la eliminación de las desigualdades estructurales del sistema capitalista y patriarcal, con compromiso social para la movilización, la participación democrática y el desmantelamiento de las oligarquías financieras y, obviamente, que esté de acuerdo con lo que propone ATTAC para la organización de otras bases de convivencia y de relaciones políticas y económicas.

Usted pertenece al Comité Científico de ATTAC España ¿Qué función tiene este Comité?

Su función es contribuir al desarrollo del trabajo de ATTAC, compartiendo su conocimiento especializado para activar el debate interno en torno a la fundamentación de las propuestas de ATTAC y también para mejorar la formación de activistas altermundistas. Por ejemplo, actualmente un grupo de personas del Comité Científico está elaborando un documento sobre propuestas para el reparto del trabajo (remunerado y no remunerado), con la intención de abrir un debate interno sobre las diferentes alternativas y previsibles impactos sociales, económicos y de género que tendría cada una en el cambio hacia otro modelo de sociedad.

La perspectiva feminista pone en evidencia que lo financiero está relacionado con lo económico y esto con lo social, con las personas y con las posiciones de desigualdad entre mujeres y hombres

Usted, además, pertenece al movimiento de Economistas Feministas ¿Por qué es necesaria una economía feminista? ¿Qué aporta la perspectiva feminista a la economía, tanto en el contexto macro como en el micro?

La economía feminista aporta otra mirada, necesaria para repensar el sistema y el análisis económico, que pone la sostenibilidad de la vida, la importancia de la reproducción social y la consecución de vida plena -libre de violencias-, en el cometido central de la actividad económica. Y, para ello, realiza una crítica explícita a los planteamientos y estructuras de poder de la economía ortodoxa y convencional, a su fundamentalismo de mercado y también al fundamentalismo patriarcal que lo sustenta. La perspectiva feminista pone en evidencia que lo financiero está relacionado con lo económico y esto con lo social, con las personas, con sus diferentes condiciones de vida y con las posiciones sociales de desigualdad entre mujeres y hombres.

Desde la economía feminista proponemos también alternativas al modelo económico y político; muchas de ellas las debatiremos en el IV Congreso de Economía Feminista que tendrá lugar los días 3, 4 y 5 de Octubre en Carmona, organizado desde la Universidad Pablo Olavide.

¿ATTAC contempla el impacto de los cuidados y el trabajo doméstico (es decir el trabajo no remunerado que realizan las mujeres) en el Producto Interior Bruto (PIB)?

ATTAC no plantea explícitamente ese análisis, al menos no lo ha hecho hasta ahora; aunque cada vez es más permeable a incorporar una perspectiva feminista en la reflexión y debate en torno a sus propuestas de acción política.

Sin embargo, en el Comité Científico hay economistas feministas que han abordado explícitamente este cometido en sus trabajos de investigación, planteando la necesidad de construir indicadores, no androcéntricos alternativos al PIB, que reflejen la distribución del tiempo y del valor de los trabajos fundamentales para la reproducción social y humana.

Usted defiende «la Economía del Conocimiento» ¿Podría explicarnos, «sin género de dudas» a qué se refiere?

La brecha digital tiene un componente de género muy marcado, lo que limita las oportunidades de las mujeres

Me refiero a la dimensión humana; a que el valor (que no el precio) lo aportamos las personas a través de la producción de ideas, de nuestras experiencias de vida, de cómo construimos el conocimiento, de cómo lo utilizamos, de cómo a través del uso compartido se modifica y crea nuevo conocimiento, de la importancia del aspecto relacional, de la igualdad como principio ético político y del sabernos interdependientes.

Me refiero también a la importancia del desarrollo tecnológico y a la reorganización de tiempos de vida, como factores posibilitadores o limitadores, en la mejora de las condiciones de vida. Por ejemplo, la brecha digital, en cuanto al acceso y uso de las tecnologías de la información y comunicación, tiene un componente de género muy marcado, lo que limita las oportunidades de las mujeres en general, más aún cuando interactúan otros factores de múltiple discriminación.

De todo esto, más o menos, va www.singenerodedudas.com, el portal web que creé hace ya más de diez años y que se ha ido convirtiendo en una comunidad de conocimiento con enfoque de género.

Sabemos que es una pregunta que exigiría una larga respuesta, a pesar de ello no podemos por menos que pedirle un esfuerzo de síntesis y que nos diga, brevemente, cuáles son, a su juicio, los principales factores de esta crisis y qué considera que se debería hacer para salir de ella…

Brevemente, pues: la voracidad depredadora capitalista y la especulación de los mercados financieros son el factor causal que explica la crisis de este sistema que ya había manifestado síntomas evidentes de su insostenibilidad (las crisis de cuidados y crisis ecológica son previas). Los errores y la orientación neoliberal de las políticas de ajuste, desde 2007, han agudizado la exclusión social, la desigualdad de rentas y la desigualdad de género, a través del desmantelamiento de los servicios públicos de bienestar (educación, salud y servicios dirigidos a las necesidades de cuidados), el empobrecimiento de la ciudadanía y la fuerte involución social de los derechos sociales en general y de los derechos de las mujeres en particular.

Sobre qué hacer… es difícil resumir; la clave es que toda la organización socioeconómica esté orientada a facilitar la sostenibilidad de la vida, y a construir un modelo social basado en derechos universales de ciudadanía. Ahí van algunas pistas: igualdad de género como eje transformacional y como base de un reparto equitativo el trabajo remunerado y también el no remunerado, restituir el papel de lo público en la garantía de los derechos fundamentales de bienestar y en la redistribución equitativa de la riqueza. También creo que hay que reconsiderar qué bienes y recursos son fundamentales para la sostenibilidad de la vida, haciendo emerger los cuidados como una necesidad asumida socialmente, invirtiendo en el sector público de servicios de cuidados, equiparando los permisos por nacimiento (iguales, intransferibles y remunerados al 100%) para hombres y mujeres, reorganizando los tiempos de vida; también protegiendo comúnmente los recursos naturales (montes, bosques y agua, por ejemplo), los recursos de alimentación (por ejemplo las semillas y cereales) y el conocimiento. En otro nivel de propuestas, creo que hay que regular los mercados financieros, reestructurar la deuda, establecer el ITF, exigir responsabilidades a quienes han provocado y/o se han lucrado de la gran estafa financiera y convertir en servicio público la entidades financieras que han recibido fondos públicos en el mal llamado ‘rescate’.

En mi opinión, necesitamos provocar un cambio en la orientación política y también en su representación, a través de mecanismos democráticos; lo que en el caso del Estado español requiere de una propuesta común desde amplios sectores antineoliberales y antipatriarcales, porque se trata de conducir un cambio de modelo de sociedad, no solo de modelo productivo.

En fin, como decía antes, es difícil de resumir…

¿Saldremos de ésta? ¿Qué precio va a pagar la ciudadanía?

El precio ya lo estamos pagando: frustración, expolio, pobreza, exilio y hasta con la vida propia. Y las perspectivas no mejoran. Pretenden convertir el sur de Europa en zona de ‘low-cost’ salarial, implantar un sistema de vasallaje y sometimiento a través del colonialismo financiero, el machismo rancio, el asistencialismo y la desposesión de la condición de sujeto político a quien no pueda pagársela.

No hay vuelta atrás con este mismo marco institucional, así que mejor salir, sí.

Dos ideas para la operación ‘salida’: la primera tiene que ver con estrategias de resistencia -activa y pasiva-, de economía de subsistencia, de democracia económica y redes de solidaridad; y la segunda con la movilización social y el empoderamiento político ciudadano, especialmente el de las mujeres, y el compromiso explícito del movimiento social para acabar con el terrorismo patriarcal.

Entrevista completa