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Mujeres Precursoras: Emma Goldman

por | 24 Jul 2013 | Ciudadanía, Escuela feminista, Feminismo, Mujeres Precursoras

Pionera en la lucha por la emancipación de la mujer.

No existe un solo lugar donde la mujer sea tratada sobre la base de su capacidad de trabajo, sino de su sexo.

La historia nos muestra que toda clase oprimida ha conseguido la verdadera liberación frente a sus amos gracias a sus propios esfuerzos. Es necesario que la mujer aprenda esta lección y que se dé cuenta de que su libertad llegará tan lejos como llegue su fuerza de conseguir. (Emma Goldman)

Emma Goldman (27 de junio de 1869 ? 14 de mayo de 1940). Célebre anarquista de origen lituano conocida por sus escritos y sus manifiestos libertarios y feministas.

214.jpg Goldman nació en el seno de una familia judía de Kaunas en Lituania, que regentaba un pequeño hotel. Durante el periodo de represión política que siguió al asesinato de Alejandro II y cuando contaba 13 años, se trasladó con su familia a San Petersburgo.-

Emigró a los Estados Unidos a la edad de 16 años donde trabajó como obrera textil y se unió al movimiento socialista libertario. En 1919 fue expulsada de EE.UU y deportada a Rusia. Vivió durante unos años en Europa, allí escribió su autobiografía y diversas obras.

La rebeldía de Emma Goldman se gestó originalmente en la Rusia zarista. A la edad de 13 años, se trasladó con su familia a San Petersburgo, centro industrial e intelectual. Empezó a trabajar como obrera y a relacionarse con miembros del movimiento nihilista. El contacto con mujeres antizaristas como Vera Figner, Vera Sazsulith y otras fomentaron su vocación rebelde.

Recuerda a su padre, como un trabajador que vivía en el ghetto judío, y como «la pesadilla de mi infancia» y a su madre, continuamente brutalizada por su marido lo que era perfectamente legal en la legislación zarista, tenía totalmente asumido el papel de mujer sumisa y atada a las tradiciones y costumbres, demostrado en el hecho de que cuando Emma empezó a menstruar a los once años, le dio una sonora bofetada y un rudo consejo: «Es lo que necesita una joven cuando se convierte en mujer, como protección contra la desgracia». El padre se quejaba constantemente de que Emma no hubiera sido el niño que él esperaba y preparaba para ella un destino idéntico al de su madre. No tenía por qué saber nada: «Las jóvenes no tienen por qué saber demasiado, le gritó en una ocasión, sólo deben saber preparar un buen plato de pescado, cortar bien Ios tallarines, y dar al hombre muchos hijos». Su padre pretendió casarla a los 15 años, mediante un ‘buen arreglo económico’. Emma se puso de pié en el borde del puente del helado Volga y amenazó con el suicido, en rechazo a esa imposición de boda..

Emigró a los Estados Unidos con una hermanastra y empezó a trabajar en una fábrica El ahorcamiento de cuatro anarquistas, la animó a unirse al movimiento anarquista y convertirse, a sus 20 años, en una auténtica revolucionaria. Lo que implicó su repudio en los poderes públicos, sobre todo cuando se expresó a favor de la contracepción, por sus críticas al servicio militar. Hizo públicas sus convicciones pacifistas, durante la Primera Guerra Mundial por considerarlo un acto de imperialismo. Fue detenida en tantas ocasiones que siempre llevaba consigo un libro para no perder demasiado el tiempo en prisión. La prensa la catalogó como ‘La mujer más peligrosa del mundo’. Fue deportada a Rusia, donde estuvo activa políticamente, pero salió rumbo a Canadá desilusionada del autoritarismo soviético, recociéndosele también colaboración con el gobierno español republicano en Londres y Madrid durante la Guerra Civil Española.

Esta brillante discípula de Bakunin y de Nietzsche, durante unos años llegó a convertirse en una auténtica pesadilla para el orden establecido norteamericano, y en el terreno de la liberación de la mujer su voz resulta plenamente actual. Para Emma era mucho más importante el factor ideológico y creía que el centro del problema radicaba en el machismo, en el hecho de que los hombres eran ‘tiranos inconscientes’ y la sumisión actuaba sobre las mujeres como un ‘tirano interno’. Se rebeló, igualmente, cuando los hombres radicales la menospreciaban por el sólo hecho de ser mujer.

Utilizó la doctrina anarquista para explicar la opresión que padecían las mujeres, pues sabía muy bien que la raíz de la opresión era más profunda que las instituciones. Cuando su anarquismo entraba en conflicto son su feminismo, reaccionaba siempre como feminista.

Murió en Toronto en 1940

RECONOCIMIENTO DE SU APORTACIÓN

En enero de 1940 una hemorragia cerebral le causó la muerte. Con ella moría en cierta medida, toda una época; moría una mujer que sería la más alta expresión del feminismo libertario cuyos frutos sobrepasarían el campo de la anarquía y extendería su influencia entre todas las ramas del feminismo radical.

En 1910 escribió Anarquismo y otros ensayos. De 1906 a 1917 editó y publicó en EE.UU una revista Anárquica mensual: Madre Tierra. Entre 1920-1922, escribió Mi desilusión con Rusia y más tarde: Mi posterior desilusión con Rusia. En 1931 escribió su autobiografía Living my life (Vivir mi vida) que fue un gran éxito editorial internacional y representó su mayor esfuerzo literario.

Se situó a la cabeza de la lucha por la dignidad humana, de quienes estaban privadas de la libertad, y ganar adeptas, quienes, a su vez, posteriormente y desde la dirección de prisiones, generarían notables cambios en el sistema carcelario.

Simbolizó, en su época, posiciones de autonomía femenina, de amor libre, llegando a asumir la defensa de las personas homosexuales, algo que casi ningún revolucionario o revolucionaria, de su tiempo se atrevió a hacer.