De diálogos y pactos feministas

Llevo tiempo dándole vueltas y cada vez tengo más clara la necesidad que tenemos de articular diálogos y pactos feministas; es algo que pensamos muchas feministas con trayectorias diversas, y no se trata de ninguna innovación ni excentricidad, sino la constatación de un hecho cada vez más evidente. Sin embargo, salvo algunas avanzadillas y propuestas concretas, los procesos se eternizan y no acaban de cuajar -algunos incluso se quedan en meras intenciones-.

Así es que me pregunto insistentemente ¿qué pasa, por qué la articulación de pactos feministas no avanza más rápido?

Creo que nos tienen entretenidas. La ofensiva patriarcal contra las mujeres es tan virulenta que están consiguiendo que gran parte de la energía y atención del movimiento feminista esté puesta casi exclusivamente en defender lo más básico: el derecho a nuestra integridad física, psíquica y el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos y sexualidad; en definitiva a defender la base para una vida libre de violencia: la consideración mínima de ser personas. Y mientras nosotras mismas nos vamos agotando, no hay tiempo casi para percatarse de cómo nos va a afectar el nuevo orden económico que está emergiendo de las políticas criminales [neoliberales y patriarcales], porque cada nuevo paso, cada nueva perla anunciada por el gobierno nos acerca más a la no ciudadanía, a la pobreza, a la carencia de servicios públicos y significa una vuelta de tuerca más a la opresión de género multidimensional. 

8F_abortolibreAunque el diagnóstico lo tenemos claro, no siempre conseguimos aunar esfuerzos en la acción política colectiva. Así que hay que seguir insistiendo en que es más lo que nos une que lo que nos separa, y que nos iría mucho mejor si conseguimos articular acciones coordinadas y descentralizadas en vez de estar dispersas y suspicaces ante posibles propuestas de feminismo en red. Como dice Marcela Lagarde el feminismo es profundamente insistencialista, universalista y posibilitador de sinergias emancipadoras; desde ese lugar  de interpretación es desde donde escribo y actúo como feminista.

En estos últimos meses he participado en varias jornadas feministas convocadas con el objeto de elaborar un pacto feminista de mínimos de consenso para la agenda feminista compartida. Valoro y agradezco este tipo de acciones, porque dan cuenta de la necesidad emergente y del interés creciente que tenemos en trabajar por los pactos feministas y en conseguir unidad de acción compartiendo una agenda feminista común; y también me provocan algo de desazón al comprobar, en retrospectiva, lo que cuesta integrar propuestas ya existentes sobre las que seguir avanzando, en vez de pretender empezar de cero cada vez.

En el feminismo nunca se empieza de cero; al reconocernos como iguales y otorgarnos mutuamente la autoridad, recogemos también el testigo de quienes nos han precedido, incluso siendo contemporáneas nuestras. El reto no está en competir por el poder o la representación pública, sino en construir relaciones sinérgicas. Que quienes compartamos una visión e interpretación feminista de la vida, sumemos visiones y acciones que nos permitan superar lo fragmentario, lo excluyente, lo binario patriarcal; y que, desde la empatía y el sabernos pioneras, seamos capaces de articular procesos de diálogos y reencuentros de nuestras diversidades, capacidades, conocimientos, experiencias, voluntades, deseos y decisiones de acción conjunta.

En este sentido, hay ya algunas propuestas en el estado español que me gustan especialmente, porque creo que son piezas claves para construir ese encuentro dialógico entre feministas:

Además ha habido otras muchas iniciativas con valor sumativo para ir generando sinergias entre mujeres, como la iniciativa de la Plataforma Feminista de Alicante de articular un pacto entre mujeres por los derechos sexuales y reproductivos y la interrupción voluntaria del embarazo que, si bien no consiguió su cometido de conseguir que las parlamentarias suscribieran un «pacto entre mujeres que garantice los derechos sexuales y reproductivos y la interrupción voluntaria del embarazo, haciendo valer su condición de Parlamentarias, ejerciendo como nuestras legítimas representantes y oponiéndose a cualquier reforma de la actual ley que signifique un retroceso en los derechos adquiridos por las mujeres», puso en evidencia la #alertafeminista en la que estamos en el estado español y la dificultad de impulsar alianzas entre mujeres cooptadas por las estructuras jerarquizadas de sus partidos políticos y el orden social de género que se impone desde los mismos.

También desde el Foro Feministes de Catalunya se impulsó la iniciativa de realizar un pacto con las mujeres en los partidos políticos, en este caso, con motivo del 8 de marzo de 2014, se elaboró un manifiesto con las exigencias básicas mínimas para incluir en los programas electorales.

Y así estamos, innovando, insistiendo y pactando por otro modelo de sociedad en el que la equivalencia humana sea uno de los valores que fundamente nuestra convivencia. Y claro está, seguiremos insistiendo,  y en el camino también iremos sumando diálogos y acciones; ¿te apuntas? 

 

 

 

 

 

 

Comments

  • 15/05/2015

    […] De diálogos y pactos feministas […]

  • 20-10-2016
    Defensor DDHH promotor de una nueva sociedad
    Buenas tardes, estoy en busca de información de los escenarios sociales, con respecto a los derechos del hombre y de la mujer, para una posible transformación de una nueva sociedad; sobre el hombre, solo faltaría generar unos cambios de conducta y una voluntad de transformación intrínseca.

    La mujer a decir verdad es la gran incógnita, porque aparte de que debe generar los mismos cambios que deben de realizar los hombres, pero con sentido complementario, debe de enfrentar su mayor reto.

    Cuál es este reto, simple y difícil, más no imposible, dejar de ser objeto, y encontrar su personalidad propia, intrínseca, no la personalidad que la sociedad marchista le quiera imponer, esta es la partida para cualquier iniciativa de la liberación de la mujer.

    Todo lo que se haga sin tomar en cuenta lo dicho, lo único que se logra es ampliar el circulo de la evolución, hombre – mujer, y lo que se necesita es una revolución que rompa el circulo.

    Espero que se haya entendido en su profundidad el mensaje

    Manuel Cipres Gomez29/10/2016

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